LIENZOS DEL RETABLO MAYOR
La joya más valiosa que atesora la Iglesia parroquial de Yepes es la rica colección de lienzos salidos del pincel de Luis Tristán para el retablo de su Capilla Mayor.
Estos lienzos muy admirados denotan muy claramente la influencia del Greco con quien trabajaba Tristán durante los años 1603- 1607, si bien esta influencia se limita a ciertos tipos y detalles técnicos: velos, colores, movimientos de ropas, etc. "Se adivierte, escribe un autor, una entrega honrosa al natural y la admisión del elemento popular en la pintura religiosa".
De toda la producción de Tristán, gran parte en el extranjero, Louvre, Ermitage de Leningrado, la obra del retablo de Yepes está conceptuado como una de las mejores por su composición y colorido.
La colección está compuesta por seis grandes lienzos de tamaño 2'70 metros por 1'62 metros, más otros cinco pequeños de 0'42 metros por 0'40 metros, todos ellos salidos del pintor en 1616.
El tema de los lienzos es la vida del Señor; Adoración de los Pastores; Epifanía; Flagelación; Encuentro con la Verónica; Resurrección y Ascensión del Señor.
Los cuadros pequeños son: San Bartolomé, San Agustín, Santiago, un Santo Mártir, Santa Lucía y Santa Águeda. Faltan los originales de Santa Mónica y Santa Ana que se guardan en el museo del Prado, siendo copias las que se admiran en el retablo; y San Sebastián, obra de una religiosa carmelita del monasterio de Yepes, cuyo original desapareció en 1936 al trasladarse los cuadros al museo del Prado.
En textos de arte se lee que para las caras de la Virgen en los lienzos de la Epifanía y Adoración de los Pastores, Tristán sacó unos bocetos de vírgenes de Guido Reni en sus visitas por Italia.
Todos estos lienzos fueron restaurados en el museo del Prado en 1938.
La Resurrección
El Señor con la mano derecha en alto y empuñando con la izquierda la bandera del triunfo se levanta glorioso del sepulcro. A sus pies dos soldados sorprendidos miran a lo alto en actitud de sorpresa. Es impresionante la salida majestuosa del Señor del sepulcro en un fondo de brumas de amanecer con la suave aurora.
La Flagelación
El lienzo presenta una habitación con una ventana de ojo de buey el fondo, protegida por una reja, en la que aparece el Señor de pie y con la cabeza ligeramente inclinada, fija la vista en el suelo.
Dos sayones, uno a cada lado le toman con su mano izquierda la larga cabellera, levantando el de la derecha su mano amenazante, mientras la tiene caída el de la izquierda a lo largo del cuerpo.
La Adoración de los Pastores
Los pastores llevando sus dones miran embobados al Niño Jesús sobre un pañal que María sostiene con su mano derecha, mientras la izquierda la tiene sobre su pecho. San José no aparta sus ojos del divino Niño.
Grupo de querubines formando triángulo, revolotean en la parte superior del lienzo, besándose por parejas y sosteniendo una larga cinta con la leyenda evangélica: "Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis. Benedicimus te. Adramus te. Glorificamus te".
La Ascensión
Con Los brazos abiertos y en alto el Señor asciende a los cielos entre ángeles de cuerpo entero y pequeños querubines que miran absortos a su Señor.
Sobre la piedra las huellas del Salvador; detrás sobre la roca que sirve de pedestal al Señor, la figura de San Pedro apóstol con un parecido muy marcado al San Pedro del Greco, conocido por las "Lágrimas de San Pedro".
En el plano inferior, a ambos lados, grupos de los suyos, la Virgen y San Juan que miran embelesados al Señor que asciende gloriosamente a los cielos.
El Camino del Calvario
La parte central del lienzo la ocupa la imagen de Cristo cargando con la cruz. El Señor con el rostro vuelto, mira amorosamente a una mujer, que a su vez esquiva la mirada y fija la vista en el suelo y se limpia la mejilla derecha con el manto.
La mujer Verónica muestra a las mujeres del grupo el lienzo con el rostro del Señor.
En la parte superior derecha dos soldados a caballo, rojo uno y blanco el otro, éste último mostrando a su compañero el Calvario. En el lado opuesto un joven toca una trompeta y fija su vista en el sitio señalado por el soldado.
La Adoración de los Reyes
Es una estancia decorada con cortinones rojos, al lado derecho del cuadro, ocultando el capitel de una columna, la Santísima Virgen presenta al Niño a la adoración de los reyes que le miran reverentes. Un rayo de luz penetra en ella en dirección al Niño y queda sobre el grupo que forman los Magos y su cortejo. San José, detrás de la Virgen sostiene en su mano derecha el presente de Melchor. En el ángulo inferior derecho el autorretrato de Tristán señalando con el dedo pulgar la escena, mientras en la mano izquierda sostiene una corona real.
Merece destacarse la ternura con que Melchor besa un piececito del Niño que levanta su manita derecha.
CUADROS PEQUEÑOS
Los cuadros pequeños son: San Bartolomé, San Agustín, Santiago, un Santo Mártir, Santa Lucía y Santa Águeda. Faltan los originales de Santa Mónica y Santa Ana que se guardan en el museo del Prado, siendo copias las que se admiran en el retablo; y San Sebastián, obra de una religiosa carmelita del monasterio de Yepes, cuyo original desapareció en 1936 al trasladarse los cuadros al museo del Prado.
La colección está compuesta por seis grandes lienzos de tamaño 2'70 metros por 1'62 metros, más otros cinco pequeños de 0'42 metros por 0'40 metros, todo sellos salidos del pintor en 1616.