Situada en el extremo occidental de la Mesa de Ocaña a 39 kilómetros de Toledo, la localidad de Yepes vive con especial fervor y devoción la celebración del Corpus. No podría ser de otra manera si tenemos en cuenta que en la villa se conserva y venera una Santa Reliquia de la sangre de Cristo. Su llegada a la localidad a principios del siglo XVII, supone la revalorización y el auge de todo lo relacionado con la Eucaristía y, por supuesto, con la fiesta del Corpus.
Desde ese momento se empiezan a celebrar grandes fiestas alrededor de esta festividad; incluso Calderón de la Barca escribe en 1637 un auto sacramental, “El Mágico Prodigioso”, dedicado a la villa de Yepes en el día del Corpus. Este hecho es el que ha dado origen a las Jornadas Calderonianas íntimamente ligadas a la festividad del Corpus y para darle la magnificencia que gozó en el siglo XVII.
Y es que en la jornada del Corpus, si algo se respira en Yepes, es la intensa veneración eucarística, convertida en exaltación durante esta fiesta.
En la mañana primaveral del domingo en el que se celebra el Corpus, tras la popular Eucaristía, la procesión se prepara para recorrer las calles del bello casco histórico. Las cofradías con sus santos, los niños de primera Comunión, las autoridades y el clero arropan al eje central del cortejo: la singular custodia. Esta magnífica y original obra de orfebrería puede datarse a mediados del siglo XVIII y tiene una estatuilla de un león rampante a su pie, como símbolo de la villa y alusiva al escudo de armas de la misma. Una muestra, sin duda, de la importancia del Corpus en Yepes y de la simbiosis entre el pueblo y la Eucaristía.
La custodia, modelo sin parangón conocido en la platería española de esta época y que destaca por su riqueza decorativa con perla y piedras preciosas, recorre las calles entoldadas y engalanadas con reposteros y mantones. Como curiosidad, los suelos aparecen tapizados de juncos, al parecer con la intención de no levantar el polvo de las calles y amortiguar el paso de la procesión.
En esas mismas calles se levantan altares, el más importante de ellos en el lugar en el que cuenta la tradición se robó la custodia, provocando otra de las peculiaridades del Corpus en Yepes. Según la leyenda, robaron la custodia el día del Corpus; tras el desconsuelo generalizado los vecinos consiguieron recuperarla el mismo viernes y como acto de alabanza desde entonces se celebra la procesión del Viernes Triste.
Cuenta también la tradición que los habitantes de Yepes defendieron como leones al Santísimo Sacramento, hecho por el que el león aparece integrando la custodia.
Visitar Yepes es casi una obligación por la singularidad de este Corpus, por la belleza de su casco histórico y también por la celebración de las Jornadas Calderonianas, además de la Octava que tiene lugar en el Convento de Carmelitas.
Texto tomado de CORPUS CHRISTI, PROVINCIA DE TOLEDO, publicado por la Diputación de Toledo.
