Para dar respuesta a la necesidad surgida con la publicación de la instrucción Ad Resurgendum Christo, acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación, desde la Parroquia se ofrece un espacio de columbarios, donde trasladar las cenizas de nuestros seres queridos.
Al igual que en siglos anteriores se situaban los restos de los difuntos en las capillas del templo parroquial, ahora, un columbario parroquial ofrecerá un espacio sagrado y de recogimiento que ayude a conservar el recuerdo y la oración de los familiares y de la comunidad cristiana, donde se conservará el recuerdo de los difuntos pero con la esperanza de la resurrección. Estará situado en la Cripta de la Capilla del Cristo para que sea accesible el poder rezar por los seres queridos difuntos.















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